BASKETZARAGOZA.NET El Tecnyconta Zaragoza afronta este fin de semana la primera de las dos jornadas de descanso que le depara la Liga Endesa esta temporada. Manteniendo el tirmo de entrenamientos durante esta semana, el choque frente al Libolo ha servido como una importante prueba en la que seguir creciendo sin renunciar a regular la carga de trabajo de la exigida plantilla rojilla.
Pese a que la jornada de descanso va a servir al conjunto aragonés para seguir trabajando en la recuperación de dos piezas importantes como Sergi García y Martynas Gecevicius, en una temporada en la que solo se afronta un partido por semana, este parón obligado no es plato de buen gusto para el Tecnyconta Zaragoza: “A mí no me gusta descansar. A los jugadores lo que nos gusta es competir y esta temporada con solo un partido las semanas ya se hacen demasiado largas”, reconoce el capitán Henk Norel.
En la misma línea se mantiene el técnico Andreu Casadevall: “No gusta nada para la competición y si hubiéramos tenido jugadores disponibles hubiéramos otro partido más”, reconoce ante las ausencias de los citados lesionados y de Holt, en Estados Unidos por temas burocráticos. Un choque cancelado en Madrid ante Movistar Estudiantes que se hubiera sumado al disputado ayer frente al C.R.D. Libolo. “Ha servido para mantener el ritmo competitivo, dosificar y ver la progresión de los jóvenes”, agradece.
No en vano, el júnior Joan Ferran Bernácer contó con 16 minutos de juego frente a los angoleños. De igual forma, ese reparto de protagonismo perseguía la mayor adaptación de jugadores como Kraljevic y Juskevicius, el último en llegar: “Filip ha jugado veintimuchos minutos y la pena ha sido Adas. Queríamos que jugase más de sus 19 minutos, pero no ha sido posible por problemas de faltas”, confiesa. Sin embargo, en la parte positiva ha estado la gran cantidad de presencia que han tenido jóvenes como Miki Servera y Jonathan Barreiro, ambos por encima también de la veintena. Un partido importante para mantener involucrados a todos los efectivos y mitigar el efecto de la ausencia de competición.