BASKETZARAGOZA.NET Casi sin descanso, apenas sin avisar y sin darnos cuenta el segundo turno del Campus de Verano del CAI Zaragoza se ha colado en las instalaciones del Estadio Miralbueno-El Olivar. Pocas han sido las horas sin la alegría y el colorido que aportan al recinto los 120 pequeños que hacen del club zaragozano su segundo hogar estos días. Una guarida donde sus ganas de pasarlo en grande no conocen límites y no hay barreras para su diversión.

Apenas ha habido tiempo para echar de menos el fantástico recuerdo de quienes inauguraron nuestra actividad estrella del verano cuando, como una racha de aire fresco, los nuevos inquilinos han irrumpido en El Olivar. Una vez dentro lo primero era equiparse debidamente, ponerse el mono de trabajo de lo que van a ser estos diez vibrantes día a cargo de unos monitores que han ejercido de maestros de ceremonias a la hora de presentarse y repartir a los pequeños en los correspondientes grupos de edad.

Tras unos minutos de charla y presentaciones para conocer a quienes serán los compañeros de fatigas, los corazones de algunos palpitaban como si fueran el balón impactando con el parqué. Señal inequívoca de las ganas que había de darle caña al baloncesto. Así que, nunca mejor dicho, que no se hable más. Los primeros juegos para demostrar el manejo de balón y primeros circuitos de habilidades tomaban el protagonismo como antesala de lo que serían las primeras entradas y las primeras canastas. Un tiempo que nunca viene mal para demostrar la calidad y los trucos que algunos encierran en sus cuerpos menudos. Son solo los primeros compases de un segundo turno que no ha hecho nada más que comenzar y que tiene mucho por delante y por ofrecer. ¡A por ello!

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Reportaje gráfico: Esther Casas