BASKETZARAGOZA.NET “Si diez años después, te vuelvo a encontrar en algún lugar no te olvides que soy distinto de aquel, pero casi igual” reza Andrés Calamaro en Diez años después. Esta afirmación podría aplicársele de igual forma a Pere Tomàs, que después de una década vestido de verdinegro visitará por primera vez la que fue su casa durante la última década.

En el transcurso de la temporada 2003-2004, un joven Pere Tomàs dejaba su Mallorca natal para lo que, más allá del baloncesto, supondría dar un giro radical a su vida. Atrás quedaba su isla, su hogar y su club de la infancia: el San Agustín. Enfrente, nuevos horizontes, la península, y su madurez en una de las mejores canteras de España: la de la Penya.

En Badalona Pere encontró una nueva familia, algo indispensable para tu formación cuando solo cuentas con 13 años, pero también nuevos amigos de entre los que destacaba un espigado y rubio holandés llamado Henk. Como el propio Pere indica, quizá fue el hecho de estar solos en Badalona lo que impulsó esa relación que ha sobrevivido tantos años y que hoy se mantiene más unida que nunca gracias a su pasión: el baloncesto.

"Aquello fue un gran punto de partida", continúa Calamaro. El Joventut de Badalona ha sido el encargado de dar a Pere su madurez baloncestística. Diez años que han dado para mucho, entre ello descubrir lo mejor de este deporte con la consecución de la Copa del Rey y la Copa ULEB allá por la campaña 2008 o ser el capitán de uno de los equipos históricos de la ACB con tan solo 22 años. Sin embargo, un lapso de tiempo tan grande también da para conocer la cara más amarga de este bendito deporte, esa que te sume en la oscuridad de no poder hacer lo que más te gusta y te obliga a pasar una temporada en blanco. Demasiado tiempo para uno de los mejores aleros nacionales.

Sin embargo, el trabajo, la pasión y la entrega de la que hace gala Pere en la cancha tuvieron cabida, paradójicamente fuera de ella y dieron como recompensa uno de sus momentos más felices, el volver a sentirse jugador de baloncesto durante la campaña 2012-2013. No obstante, el alero mallorquín no solo había perdido una temporada. Pese a haberle estado apoyando cada instante en tan tormentoso momento, por aquel entonces Henk ya no estaba con él. El internacional holandés había apostado aquel verano por el CAI Zaragoza para convertirse en uno de los mejores pívots de la competición. Sin perderse el rastro y mucho menos el contacto, Pere podía ver las evoluciones de su “hermano” en la jornada 27, cuando en su primer retorno a Badalona Norel se convertía en el MVP de la jornada dándole la victoria al CAI (59-71) gracias a sus 16 puntos, 13 rebotes y 34 de valoración. Inmejorable regreso a la que fue su casa durante tantos años.

Tras unas largas negociaciones, el pasado periodo estival el balear seguía los pasos de su íntimo amigo y fichaba por el CAI Zaragoza. Segunda salida de casa justo cuando esta campaña se cumple una década de la primera. Este domingo el Olimpic de Badalona será testigo del primer regreso a casa de aquel joven que decidió dejar todo atrás para seguir creciendo en la cantera más prolífica del baloncesto español. Los muchos recuerdos, sentimientos y emociones inundarán su vuelta cuando se cumple el décimo aniversario de su llegada a Badalona. Pere Tomàs no olvida su pasado, pero tampoco obvia su presente, los colores que defiende y el reto de vivir la pasión por el CAI Zaragoza. “Si la casualidad nos vuelve a juntar diez años después, algo se va a incendiar, no voy mostrar mi lado cortés”.